Renovación energética
Realizar una renovación energética es el proceso de realización de diferentes tipos de obras para reducir el consumo energético de un hogar. Esta rehabilitación energética puede afectar a multitud de edificios.
Sin embargo, es posible cambiar esta situación de forma global y radical mediante la realización de obras. Se trata de instalar dispositivos más respetuosos con el medio ambiente. Para apoyar esta iniciativa, el estado proporciona financiación, ayudas y subvenciones.
Sin embargo, los particulares pueden iniciar la transición energética adoptando medidas sencillas.
Un diagnóstico de la renovación energética
Antes de emprender una transición energética, es fundamental realizar un diagnóstico o estudio de la vivienda y su consumo. Este estudio previo permite medir los puntos fuertes y débiles de cada vivienda.
Profesionales como los electricistas Madrid medirán su consumo antes de proponerte las obras a realizar. Esta fase previa ayuda a identificar los tipos de obras a realizar y a ver si corresponden con las obras energéticas previstas.
Hacer un trabajo de aislamiento sencillo
Es perfectamente posible realizar uno mismo las obras de rehabilitación energética. Este trabajo de bajo coste te garantizará la máxima rentabilidad. Consiste esencialmente en:
- Aislar el suelo de su buhardilla para evitar las fugas de energía a través del tejado.
- Instalar aislamiento en el techo de los sótanos para evitar pérdidas importantes de energía.
- Mantener bien aisladas las tuberías de agua caliente.
- Mantener bien aisladas las tuberías de agua caliente.
- Reforzar la estanqueidad de las aberturas (puertas y ventanas) de toda la casa.
Ahorra agua caliente a toda costa
El agua caliente es una de las principales fuentes de gasto energético de los hogares, pero unas sencillas medidas pueden ayudarte a reducir la factura del agua caliente.
Para limitar el consumo de electricidad para el agua caliente, puedes utilizar medios alternativos como aparatos de calefacción con posibilidad de calentar el agua sanitaria.
Es el caso, en particular, de las bombas de calor y las estufas de pellets. En caso de que no puedas prescindir de la calefacción eléctrica, puedes optar por acumuladores de agua caliente, con una capacidad de 50 a 200 litros. De este modo, puedes alimentar el acumulador poco a poco. Es menos costoso que el calentamiento instantáneo del agua.
Reducir la energía de los electrodomésticos
Los electrodomésticos consumen muchos recursos energéticos. Las vitrocerámicas son verdaderas aliadas ecológicas, ahorran entre un 30% y un 40% de energía en comparación con las cocinas convencionales.
Opta por electrodomésticos de bajo consumo
Los electrodomésticos como lavadoras y lavavajillas consumen mucha energía. Para reducir tus gastos sin tener que prescindir de estos electrodomésticos, puedes utilizar la información sobre consumo energético que figura en las etiquetas.
La información se refiere principalmente a la tasa de consumo de electricidad en kWh/año. También puedes optar por electrodomésticos más pequeños o de menos kilos. Estos aparatos consumen menos electricidad que los grandes.
Deja de dejar aparatos en espera
Una forma en la que TODOS (tanto propietarios como inquilinos) podemos ahorrar energía es haciendo un simple gesto con nuestros electrodomésticos. Se trata de apagar los aparatos y dispositivos que no se utilicen en casa.
Obviamente, no se puede evitar que algunos aparatos, como el frigorífico o el congelador, tengan que estar encendidos todo el tiempo. Sin embargo, muchos otros aparatos deberían apagarse y desenchufarse si es posible.
Elementos como televisores o altavoces inteligentes consumen energía que se conoce como «carga fantasma». Es la forma en que la energía se consume de forma invisible sin que los usuarios lo sepan.
Espera a tener la lavadora llena
El 68% de los hogares sólo ponen el lavavajillas y la lavadora cuando están completamente llenos para ahorrar energía. Esperar a que la lavadora o el lavavajillas estén llenos es una medida inteligente, ya que los electrodomésticos consumen la misma cantidad de energía para limpiar menos objetos.
Así que es más inteligente esperar a hacer menos lavados con más prendas, que malgastar energía en más lavados a medio llenar.
Evita la secadora
Las secadoras consumen una cantidad escandalosa de energía, si conoces los kWh, puedes calcular fácilmente cuánto cuesta el funcionamiento de una secadora en función de tu modelo concreto.
Una alternativa más rentable es secar la ropa al aire libre en un tendedero o invertir en uno de los mejores tendederos con calefacción.