Tía Consuelo se hace eco de la información lanzada por Cuídate Plus sobre los diferentes tipos de carne
Tía Consuelo, empresa de Sevilla centro dedicada a tener un restaurante de carne en Sevilla centro y carne a la brasa en Sevilla, se hace eco de la información lanzada por el medio especializado Cuídate Plus sobre una carne cuyo contenido proteico supera al de la ternera y el pollo y que, sin embargo, sigue teniendo una presencia relativamente baja en la mesa de los hogares españoles. El artículo subraya que la elección de piezas magras y de alto valor biológico resulta clave para cubrir las necesidades diarias de proteína dentro de una alimentación equilibrada, algo especialmente relevante en un contexto de creciente interés por la salud y el rendimiento físico.
El debate en torno al consumo de carne ha dejado de centrarse únicamente en el gusto o la tradición y se ha desplazado hacia cuestiones como la densidad nutricional o la calidad de las proteínas que aporta cada ración. La carne sigue siendo una de las fuentes más completas de aminoácidos esenciales, minerales como el hierro o el zinc y vitaminas del grupo B, esenciales para el mantenimiento de la masa muscular, la correcta oxigenación de los tejidos y la sensación de vitalidad en el día a día.
Los datos de composición nutricional muestran que carnes como la de vacuno o la de pollo ya presentan un porcentaje elevado de proteína por cada cien gramos, con cifras que rondan o superan los veinte gramos, a lo que se suman micronutrientes de gran interés para la salud cardiovascular y el sistema nervioso. Sin embargo, el análisis al que alude Cuídate Plus pone el foco en otras opciones aún más concentradas en proteína y, al mismo tiempo, menos habituales en los carros de la compra, invitando a diversificar el tipo de carne presente en la dieta.
Esta tendencia abre la puerta a una reflexión más amplia sobre la forma en que se consumen las carnes en España. Frente a los formatos tradicionales de grandes raciones, cada vez cobra más peso la idea de porciones ajustadas, cortes seleccionados y técnicas de cocina que respetan el producto. La preparación a la brasa, por ejemplo, permite realzar el sabor característico de cada pieza con un uso moderado de grasas añadidas y manteniendo en buena medida su aporte proteico, siempre que se controle el punto de cocción y se acompañe de guarniciones ligeras y ricas en fibra.





