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El canto de las aves de la Sierra Norte de Guadalajara: terapia natural

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Desde tiempos inmemoriales los cantos de las aves han servido de inspiración a grandes poetas, filósofos y músicos, dando lugar a creaciones literarias y sonoras de gran relevancia

Las aves no son los únicos animales que emiten sonidos en el medio natural, pero sin lugar a dudas son los que emiten los cantos más melodiosos, y que han cautivado a un mayor número de personas. Desde el mundo científico se siguen estudiando algunos aspectos poco conocidos del significado de muchos de los registros sonoros que son capaces de producir las aves, y sobre todo qué relación tienen con los aspectos de su biología. 

Las aves emiten sus sonidos por medio de un aparato denominado siringe, y su estructura está formada por diversos elementos, como son los cartilaginosos,  membranas timpaniformes, nervios y músculos. Estos últimos se encargan de abrir y cerrar el paso del aire de los pulmones y los sacos aéreos, modulando los sonidos finalmente por medio del pico.

¿Para qué utilizan los sonidos las aves? Aunque a priori se puede pensar que solo se trata de una función dirigida principalmente a la reproducción, nada más lejos de la realidad, ya que se trata de un método de comunicación mucho más complejo, que sirve de herramienta para la supervivencia en los distintos momentos de la vida de las aves. Algunas aves se desplazan en bandos durante el día. La comunicación mantiene el grupo y evita la dispersión. Pero también algunas aves de pequeño tamaño, en sus primeras edades y que realizan migración nocturna, necesitan de comunicarse para poder progresar en sus rutas de manera adecuada y segura.

En un momento vital, tan estresante y lleno de riesgo, como es la migración, el canto puede representar la clave del éxito, consiguiendo superar los obstáculos que se encuentran las aves entre sus zonas de reproducción y sus zonas de invernada, y viceversa.

Las aves que viven en los ecosistemas forestales dependen más del uso de su canto, ya que la espesura de la vegetación limita su principal sentido, la vista, no  pudiendo sacar el máximo rendimiento, y dependiendo de su capacidad para cantar. De esta manera la comunicación entre individuos de la misma especie puede ser más efectiva, siendo algunos de los mejores «tenores» aves forestales, como por ejemplo el ruiseñor común (Luscinia megarhynchos), el mirlo común (Turdus merula) y el zorzal común (Turdus philomelos), por citar algunos ejemplos.

Los sonidos que emiten las aves se pueden clasificar de manera simplificada en los siguientes grupos: reclamos, voces de contacto, voces de alarma y el canto propiamente dicho. Los reclamos suelen ser empleados de manera más familiar, ya sea entre los congéneres de una pareja de aves, o entre los padres y sus crías, para reclamar su atención.  Las voces de contacto se relacionan más con el tema de la territorialidad, y tiene  un significado más defensivo, dirigido a otros individuos de la misma especie, indicando los límites de sus zonas de alimentación y reproducción. Las voces de alerta, exactamente eso es lo que quieren comunicar, avisar de peligro a otros ejemplares de la misma o diferentes especies, que puedan estar en una situación de riesgo ante la presencia de depredadores. 

Por último, el canto, se corresponde con el conjunto de sonidos más elaborado, restringido en la mayoría de especies a los machos. Esta capacidad de canto está especialmente desarrollada en el orden de los paseriformes, que utilizan principalmente con un claro carácter reproductor, para atraer a hembras de su especie, pero también como defensa territorial.

Algunas especies tiene una gran capacidad imitadora, ya que cuentan con un aparato fonador más desarrollado, lo que les permite, además de emitir sus sonidos específicos, la capacidad de imitar otros sonidos de especies diferentes, e incluso la reproducción de ciertas voces humanas. Los más conocidos por la mayoría posiblemente sean los del género de los Psitaciformes, que son los que incluyen a los loros, cotorras y otras especies similares. Pero hay otras aves como son las calandrias (Melanocorypha calandra) capaces de imitar muchos sonidos de especies con las que conviven en sus hábitats. Otro caso es el de la familia de los alcaudones, con especies como el alcaudón real (Lanius meridionalis), que utiliza su capacidad de imitación para atraer algunas aves pequeñas, para darles cazar, ya que forman parte de su dieta.

Es difícil expresar en palabras la musicalidad de algunos de los cantos de las aves, pero es indudable que el paisaje sonoro de muchos espacios en el medio natural, sobre todo en el período primaveral, representa múltiples beneficios para la salud de las personas. Los sonidos de la naturaleza pueden ser estupendas terapias para combatir multitud de patologías, principalmente de índole psicológica, pero también física.

No hay que olvidar el misterio que representan para los humanos las voces que emiten algunas especies de aves. Este es el caso de las rapaces nocturnas que unas veces, con su «ulular» y otras con sus voces y gritos, no dejan indiferente a cualquier persona que los escuche. 

Sin duda, un buen plan para la próxima primavera en la Sierra Norte -todas estas especies habitan en la comarca- será salir al campo, cerrar los ojos y disfrutar de los sonidos de la naturaleza, que tienen de protagonistas a esos hermosos seres alados. Terapia inmejorable para olvidar males y problemas.

Desde ADEL Sierra Norte se dan a conocer los valores naturales del territorio, divulgando el patrimonio natural y la rica biodiversidad de la Sierra Norte de Guadalajara, anteponiendo siempre el respeto y las buenas prácticas en el medio natural.

Fuente Comunicae

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